Los textos, como las decisiones, hay que dejarlos reposar. Como persona que escribe, he aprendido -a las malas, casi siempre- que las letras, como yo, también necesitan tomarse tiempo para respirar.
Mirar las palabras desde lejos por un rato, salirme del cuento, olvidarme un poco. Estirar las piernas, caminar y volver con los pulmones llenos de otras brisas.
Es fácil obsesionarse con una idea, no quitarle los ojos y las manos de encima, como si se tratara de un nuevo amor, un cuerpo donde posar todo nuestro deseo.
Es común encerrarnos, hablar de una narrativa que ocurre de adentro hacia afuera, codificar un estado mental para construir una especie de realidad.
“Somos cuentos contando cuentos, nada”.
Fernando Pessoa
Hay días como hoy que me gusta mirarlo al revés, que algo me pide salir, cambiar lo que veo para quizás ajustar también una parte de mí.
Como los escritores de las películas, que se van a una cabaña idílica con vista a un lago, para inspirarse durante largas jornadas de escritura. A veces necesito cambiar de paisaje para escribirme a mí, para renovar la mirada, el discurso y las certezas.
Cuando cambio de entorno es como salirme un rato de mí misma, limpiar el cristal para hacer otras preguntas que me lleven a otro tipo de respuestas. Liberar a esa versión que está cómoda y amaestrada, para incomodarse con un re-despertar de curiosidad.
Las autoficciones que somos
En 1977 el escritor francés Serge Doubrovsky acuñó el término autoficción al publicar su novela Hijos. La describió como una “ficción de acontecimientos estrictamente reales”, donde sabemos que el protagonista es también quien escribe, aunque los otros personajes y lugares puedan cambiar de nombre y los hechos sean modificados.
No es autobiográfico porque sabemos que hay cosas que han sido inventadas para los efectos del relato, tampoco es del todo una novela porque el protagonista es una persona real y parte de lo que se cuenta, pasó.
Hay quienes discuten si el término es correcto o no. Hay quienes creen que es una redundancia. Yo no estoy segura si el concepto es adecuado o no, pero me inclino por la idea de que todos somos autoficciones (guiño guiño, Soficcional).
“Es una ficción real. No es mi vida pero tampoco es mentira”.
Sophie Calle
De acuerdo a cómo percibimos el mundo y a nosotros mismos, podemos ver un hecho desde una mirada personal específica, real o ficticia desde el ángulo que se mire. Por eso es que podemos evaluar y entender un mismo suceso de formas tan diferentes.
Yo misma puedo representar cosas completamente disímiles para otras personas: puedo ser la mejor amiga y la mujer más egoísta, la más honesta o la más superficial, la compañera más colaboradora o la más difícil.
Del mismo modo en que otras personas se hacen su ficción sobre mí, por qué no hacer yo lo propio. La construcción de una narrativa personal, aunque sea solo un intento de presentarme al mundo, pero también un lugar seguro para volver a mí.
Para refugiarse y repensar, cuestionarse y confirmar el relato que queremos hacer perdurar. Ser conscientes de la subjetividad que nos compone es un recordatorio amable de que todos estamos improvisando y de que no hay verdad absoluta.
Hoy me recuerdo salir de mí, sabiendo que con suerte algo reacomodaré cuando vuelva. Que puedo y debo incomodarme porque -aunque no quiera- la vida lo hará por mí.
Que esta es una herramienta que puedo usar y pulir como cualquier otra, para abordar las sacudidas de otro modo, no como una especie de preparación, no para que sea más fácil, sino para crear cierta familiaridad, una especie de compás.
Sí, la “realidad” es una ilusión que decidimos.
📖Una biografía novelada
Leonora de Elena Poniatowska es una biografía novelada de Leonora Carrington. Es una de mis lecturas favoritas de la vida, en la que no me importó ni un poquito dónde terminaba lo real y empezaba la ficción. Una artista fascinante por una pluma brillante.
🎧Un soundtrack
La recomendación es doble porque esta película es bellísima. El uso de la música en Perfect Days de Wim Wenders es magistral, la elección de cada canción es perfecta y justificada para el relato de esta historia poderosamente sencilla. Puro palo.
✍🏼Un Prompt Mundano
Escribe sobre algo que te haya pasado y agrega detalles inventados alrededor del hecho real. Trata de no pensarlos mucho, si quieres pon un temporizador con 5 minutos y escribe en automático. Podrías sorprenderte del resultado.
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Nos leemos la próxima semana.
Un abrazo,
Sofí.